Carmen González Castro

Mis últimos proyectos son el eslabón más reciente en la evolución de mi carrera artística, que se define por tres premisas. En primer lugar, el interés por traspasar las fronteras de la imagen pintada bidimensional hacia el espacio que la rodea. En segundo lugar, el uso de estrategias que esconden parcialmente la imagen para huir de la explicitud. En tercer lugar, la búsqueda de un canon de belleza propio y la construcción de nuevos significados a partir de la recuperación y revisión de la historia del arte.

En mi obra, el espacio del cuadro ya no es aquel que se abre de forma ilusoria detrás del muro, sino delante del cuadro, hacia el espacio del espectador. Para ello, utilizo el recurso de la anamorfosis, una práctica de deformación de la imagen que se inicia en el renacimiento. Con ello, pretendo convertir el cuadro en un objeto que, como una escultura, debe observarse desde más de un punto de vista que no es únicamente frontal: esto es, desde el margen del cuadro, donde una parte de la imagen pierde su deformación y es legible. El cuadro deja de ser únicamente una superficie de dos dimensiones, al incorporar un área externa a él que implica la tercera dimensión. Esto incita al espectador a adoptar una forma de mirar más activa. My latest projects are the latest link in the evolution of my career, defined by three principles. First, interest beyond the borders of the two-dimensional painted image to the space around it. Second, the use of strategies that partially hidden image to flee the explicitness. Thirdly, the search for a canon of beauty itself and the construction of new meanings from the retrieval and review of the history of art.

In my work, the picture space is no longer one that opens illusory form behind the wall, but before the picture, towards the viewer's space. To do this, I use the resource anamorphosis, a practice of deformation of the image that starts in the Renaissance. This, I intend to convert the picture into an object, like a sculpture, it should be noted from more than one point of view that is not only front: that is, from the edge of the box, where a part of the image loses its deformation and it is legible. The picture is no longer merely a two-dimensional surface, by incorporating an area outside it which involves the third dimension. This prompts the viewer to take a more active way of looking.